A mi marido y a mi, solo decir "bacalao", nos transportaba a la infancia y a unos recuerdos no muy agradables.
En nuestra época, se obligaba a los niños a comer lo que se ponía en la mesa y a terminar el plato sin rechistar. La palabra, "no me gusta", no existía, jaja...
El potaje, era típico de semana santa y se comía el día de viernes santo. Consistía en garbanzos con espinacas, huevo duro y bacalao desmigado. grr..!, grr..! A mi me producía horror, me daban arcadas y sin ninguna misericordia, mi madre, entre arcada y arcada, me metía la cuchara en la boca, y así hasta que se terminara el plato. A él, le pasaba lo mismo.
Como comprenderéis, en cuanto fuimos mayores, nunca más volvimos a probar el bacalao seco.
Este año, de tanto ver en la red, recetas tan suculentas con el mencionado alimento, le dije a mi marido: ¿Qué te parece si con mucho cariño preparamos un bacalao, del bueno, a ver si cambiamos de opinión y hacemos las paces con nuestro pasado?.
Dicho y hecho y he aquí la prueba de nuestra reconciliación.
Ingredientes:
600 gr. de lomos de bacalao seco
5 pimientos choriceros o 5 cucharitas de pulpa de pimiento choricero de bote (es la que utilizamos)
1 cebolla
1 puerro
3 dientes de ajo
4 cucharadas de tomate frito de calidad a ser posible casero
2 galletas María
1 copita de vino blanco
perejil
harina
huevo
nata (solo la cantidad necesaria para aclarar, ligeramente la salsa)
Aceite de oliva virgen
Como lo hicimos:
Para el desalado, quitamos la sal superficial del bacalao, bajo el agua del grifo y lo metimos en un recipiente cubriéndolo con agua durante dos días y medio, cambiándole el agua cada 8 horas. El recipiente del bacalao lo mantuvimos en la nevera durante el desalado.
Si vamos a utilizar los pimientos choriceros, los ponemos en agua caliente durante hora y media para que se hidraten y después con una cucharilla, sacamos su carne. Nosotros utilizamos de bote, por lo que esta operación nos la ahorramos.
1º. Rebozamos, bien seco, el bacalao en harina, pasamos por huevo y freímos ligeramente en una sartén con un par de ajos aplastados con piel.
Sacamos, colocamos sobre papel absorbente y pasamos a la fuente del horno.
En la misma sartén, con el aceite justo, freímos la cebolla, un ajo y el puerro, a fuego bajo, hasta que queden bien pochados, como unos 25 minutos.
Añadimos la carne del pimiento choricero y el tomate.
Mezclamos bien y añadimos una galleta María machacada. Incorporamos el vino y llevamos a ebullición hasta que se evapore el alcohol.
Pasamos por el pasapurés.
Añadimos un poco de nata, para aclarar la salsa, que para nuestro gusto, quedó algo espesa. (lo de la nata es aportación nuestra).
Cubrimos los lomos de bacalao con la salsa y decoramos con la segunda galleta María machacada y mezclada con el perejil seco. Espolvoreamos por encima.
Metimos la fuente en el horno durante 10 minutos a 160º, para terminar de cocinar.
Aspecto al sacar la fuente del horno, con la galleta tostadita.
Uhmmmmm!!! que pinta y que olorcito!!!
Servimos.
Comimos, en platos de fiesta, jajaja.... pues teníamos que celebrar nuestra reconciliación con el pasado.
Feliz y santa Semana Santa.
Bye.